El teléfono de
Laura Villagrasa no para de sonar desde hace semanas. La presidenta de la
Asociación Cadena de Favores es, junto con sus majestades los Reyes Magos de
Oriente, una de las personas más solicitadas durante estos días. Hasta ella
llegan decenas de peticiones diarias de quienes más lo necesitan. Familias que
demandan alimentos para pasar más desahogadas las Navidades o juguetes para
hacer sonreír a sus hijos. Todo vale en la lista de un conjunto de veinte
voluntarios que desde hace un año ayudan de forma desinteresada a los
burgaleses que peor están pasando la más que nombrada crisis económica.
Todo comenzó hace
ahora un año, cuando Laura Villagrasa, una burgalesa madre de dos hijos en
paro, decidió montar 'Cadena de Favores'. «Estaba vendiendo unas cosas de los
niños cuando me encontré con una familia con mellizos que pedía cosas gratis
para sus pequeños. Decidí ponerme en contacto con ellos y darles lo poco que yo
iba a sacar si vendía mis cosas en la red», explicó en declaraciones a Ical, la
presidenta de 'Cadena de Favores Burgos', una asociación dependiente de un
movimiento nacional gestado a raíz de la crisis para ayudar a familias o
vecinos sin recursos.
«Empezamos sin
nada. Queríamos ayudar a vecinos, familias y abrimos una página en Facebook
donde hemos recibido cientos de solicitudes. No paran de llegar peticiones de
familias de clase media que de la noche a la mañana se han visto sin una nómina
con la que comprar lo que antes podían», agregó Villagrasa desde el mercadillo
solidario que ha instalado junto con varios voluntarios de 'Cadena de Favores'
en el barrio de Gamonal.
Las peticiones que
llegan a manos de la 'maga' Villagrasa son variadas. Por increíble que parezca
lo conseguimos todo. La gente ve lo que nos piden las familias y lo donan en
cuestión de horas. “Es mágico”, asevera la voluntaria, quien recuerda la
alegría con la que una madre ha recibido hace apenas unos días los libros de
texto que permitirán que uno de sus hijos pueda ir al colegio sin tener que
sentarse con el compañero para seguir las clases.
Todo por nada. El
mercadillo que Cadena de Favores Burgos ha instalado en el barrio de Gamonal es
el mejor escaparate de la asociación. Por el momento, las casas de los
voluntarios hacen las veces de almacén. Todo cambiará dentro de unos meses,
gracias a que una empresa de la capital les ha cedido un local en el que pronto
irán colocando todo. «Cuando estemos instalados daremos a conocer la dirección
para que las familias lo sepan. Ahora es el boca a boca el que lleva a las
familias hasta nosotros».
Los 20 voluntarios
que trabajan de forma desinteresada en Cadena de Favores acuden directamente
hasta las casas. «Es lo que nos hace más felices. Recuerdo que hace unas
semanas fuimos a una casa a hacer una entrega para una familia y uno de los
niños vio un bote de guisantes y se volvió loco de alegría porque iba a poder
comer el plato que más le gustaba», añade la burgalesa.
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