- Hay un aumento del rechazo a inmigrantes: del 10% en 2010 al 14% de la población en 2012
- El fantasma del racismo recorre otra vez Europa
La
actitud de los españoles hacia los inmigrantes se deterioró en 2012 por la
crisis, aunque la convivencia sigue siendo buena y las actitudes racistas no
han aumentado demasiado, en contraste con otros países europeos como Francia,
Austria o Suiza –donde los partidos xenófobos se han beneficiado enormemente de la recesión y la tasa de paro–.
Mientras que la gente que declaraba aceptar a los inmigrantes en 2010 era un
70%, en 2012 esta cifra se redujo al 57%. En el mismo periodo, el rechazo
declarado a las comunidades inmigrantes aumentó de un 10% a un 14%. Los datos
han sido facilitados por la Fundación La Caixa, que ha presentado un informe
elaborado en 17 barrios o distritos de 14 provincias en toda España.
El
muestreo del informe incluye 9.323 entrevistas personales en estas localidades,
de perfil socio-económico bajo, alta densidad migratoria (interna y extranjera)
y presencia de otras minorías étnicas como la gitana. La elección de las
comunidades deriva directamente del plan de integración de la fundación
privada, que cuenta con el apoyo del Gobierno.
El
aumento de la intolerancia no llama "en exceso" la atención de Joaquín Arango, catedrático de sociología y
experto en demografía en la Universidad Complutense. En el caso español cabe
destacar, según él, "la sosegada acogida de los inmigrantes, y que esta se
haya mantenido durante seis años de crisis terrorífica". El aumento del
rechazo se puede explicar por "la gravedad de la crisis, pero esas
manifestaciones no son mayoritarias", explica por teléfono. Un ejemplo de
tolerancia que presenta Arango es la baja incidencia de islamofobia en el país,
en comparación con otros países europeos. "Es cierto que aquí hay menos
inmigrantes musulmanes, pero los atentados de Atocha [el 11-M] no se tradujeron
en grandes rechazos ni incidentes", añade. Según el informe, dos de cada
tres habitantes (el 67%) considera inaceptable que se excluya a una alumna de
un colegio por llevar puesto el velo. A pesar de ello, el recelo declarado
hacia "lo musulmán", según la encuesta, aumentó de un 23% a un 26%
entre 2010 y 2012.
Los datos
de convivencia, a pesar de todo, son positivos. La gran mayoría de encuestados
(el 78%) siente que su barrio es un buen lugar para vivir. Y el 44% de padres
cree que la diversidad en la escuela es enriquecedora para sus hijos, frente al
2% que cree que es perjudicial.
"Los
partidos xenóbofos [en España] no tienen ningún éxito y obtienen resultados
ínfimos", recuerda Arango. Los antropólogos y sociólogos que han elaborado
el documento inciden en la importancia del trabajo en el ámbito local: el día a
día con Ayuntamientos, ciudadanos y asociaciones en los barrios. La reforma de
la Administración local, aprobada el año pasado por el
actual Gobierno popular, restringirá las posibilidades de los Ayuntamientos de
presentar proyectos de apoyo social por cuenta propia. La competencia de este
tipo de iniciativas ya era de las comunidades autónomas antes de la reforma,
pero a efectos prácticos los municipios ahora tendrán más dificultades para prestar ayuda de este tipo. La Asociación de Directoras y
Gerentes de Servicios Sociales denunció esta restricción, que ha sido defendida
por el Gobierno como “ una medida de ahorro” repetidas
veces el año pasado. Mantienen que la reforma local es "la mayor amenaza
que se cierne sobre los servicios sociales", ya que estas competencias
"se califican en su mayor parte como impropias y deberán dejar de
prestarse". La asociación sostiene que "los servicios sociales de
proximidad de los Ayuntamientos constituyen una primera, digna y silenciosa
línea de contención" de las personas empobrecidas por la crisis.
La actitud de los españoles hacia los inmigrantes se deterioró en 2012 por la crisis, aunque la convivencia sigue siendo buena y las actitudes racistas no han aumentado demasiado, en contraste con otros países europeos como Francia, Austria o Suiza –donde los partidos xenófobos se han beneficiado enormemente de la recesión y la tasa de paro–. Mientras que la gente que declaraba aceptar a los inmigrantes en 2010 era un 70%, en 2012 esta cifra se redujo al 57%. En el mismo periodo, el rechazo declarado a las comunidades inmigrantes aumentó de un 10% a un 14%. Los datos han sido facilitados por la Fundación La Caixa, que ha presentado un informe elaborado en 17 barrios o distritos de 14 provincias en toda España.
El
muestreo del informe incluye 9.323 entrevistas personales en estas localidades,
de perfil socio-económico bajo, alta densidad migratoria (interna y extranjera)
y presencia de otras minorías étnicas como la gitana. La elección de las
comunidades deriva directamente del plan de integración de la fundación
privada, que cuenta con el apoyo del Gobierno.
El
aumento de la intolerancia no llama "en exceso" la atención de Joaquín Arango, catedrático de sociología y
experto en demografía en la Universidad Complutense. En el caso español cabe
destacar, según él, "la sosegada acogida de los inmigrantes, y que esta se
haya mantenido durante seis años de crisis terrorífica". El aumento del
rechazo se puede explicar por "la gravedad de la crisis, pero esas
manifestaciones no son mayoritarias", explica por teléfono. Un ejemplo de
tolerancia que presenta Arango es la baja incidencia de islamofobia en el país,
en comparación con otros países europeos. "Es cierto que aquí hay menos
inmigrantes musulmanes, pero los atentados de Atocha [el 11-M] no se tradujeron
en grandes rechazos ni incidentes", añade. Según el informe, dos de cada
tres habitantes (el 67%) considera inaceptable que se excluya a una alumna de
un colegio por llevar puesto el velo. A pesar de ello, el recelo declarado
hacia "lo musulmán", según la encuesta, aumentó de un 23% a un 26%
entre 2010 y 2012.
Los datos
de convivencia, a pesar de todo, son positivos. La gran mayoría de encuestados
(el 78%) siente que su barrio es un buen lugar para vivir. Y el 44% de padres
cree que la diversidad en la escuela es enriquecedora para sus hijos, frente al
2% que cree que es perjudicial.
"Los
partidos xenóbofos [en España] no tienen ningún éxito y obtienen resultados
ínfimos", recuerda Arango. Los antropólogos y sociólogos que han elaborado
el documento inciden en la importancia del trabajo en el ámbito local: el día a
día con Ayuntamientos, ciudadanos y asociaciones en los barrios. La reforma de
la Administración local, aprobada el año pasado por el
actual Gobierno popular, restringirá las posibilidades de los Ayuntamientos de
presentar proyectos de apoyo social por cuenta propia. La competencia de este
tipo de iniciativas ya era de las comunidades autónomas antes de la reforma,
pero a efectos prácticos los municipios ahora tendrán más dificultades para prestar ayuda de este tipo. La Asociación de Directoras y
Gerentes de Servicios Sociales denunció esta restricción, que ha sido defendida
por el Gobierno como “ una medida de ahorro” repetidas
veces el año pasado. Mantienen que la reforma local es "la mayor amenaza
que se cierne sobre los servicios sociales", ya que estas competencias
"se califican en su mayor parte como impropias y deberán dejar de
prestarse". La asociación sostiene que "los servicios sociales de
proximidad de los Ayuntamientos constituyen una primera, digna y silenciosa
línea de contención" de las personas empobrecidas por la crisis.
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